QUEDAMOS EN EL PINCHO

 El Pincho de la Feria de Albacete, otro año más, el lugar para quedar con los amigos, familiares etc...

De nuevo, impasible, regio, sereno, testigo de tantas cosas. Reencuentros, besos, abrazos, riñas.

Como recuerdo cuando íbamos a recoger a mis hijos al pincho, para que no volvieran solos a casa, cuando mis padres iban a recogerme a mí y probablemente yo recogerá algún día, a mis nietos.

Mi homenaje a tan bello lugar, testigo de excepción de la llegada al recinto ferial de nuestra queridísima Virgen de los Llanos, escoltando su imagen hasta la llegada a su camarín.

¿Que no habrás visto tú desde lo alto? Todo Albacete moviéndose a tus pies, con idas y venidas, en hileras infinitas por el paseo, familias enteras vestidas con sus mejores galas, grupos de jóvenes que hacen viva nuestra feria, que tiene continuidad, que se vive desde el corazón.

Querido pincho, ¿recuerdas? Aquella tarde lluviosa, oscura, cuando todo el mundo corría a refugiarse de la lluvia, Elena impasible, a tus pies, esperando. Su gran amor de verano Marco ,que conoció en la playa durante el mes de Agosto, tenía que llegar a Albacete. Sus padres le dieron permiso, para que su amigo se quedara en casa durante los días de feria.

Emocionada, con el corazón a mil, paraguas en mano y apoyada en el pincho, miraba a su alrededor, ya no quedaba nadie, el agua caía con más fuerza, rayos y truenos se adueñaron de nuestra ciudad, pero ella no se movía, Marco tenía que llegar.

Pasó una hora larguísima, Elena miraba hacia arriba, como si fuera a llegar en globo, hora y media, lo llamó insistentemente al móvil, nada de nada.

La tormenta se llevó el alumbrado, la explanada a oscuras, la gente había desaparecido, entonces entre la oscuridad, una figura fantasmagórica hizo entrada en el lugar, ella se esforzaba en distinguir si era su novio, pero era todo tan confuso.

Corrió hacia él, mojada hasta los huesos, tiritando de frío y emoción, cuando logró alcanzarla, Dios mío, era él, lloró y cayó al suelo desvanecida, entonces unos brazos la tomaron , la acurrucaron, la liberaron de todo dolor, la acercaron hasta el pincho de nuevo.

Elena falleció, tuvo una neumonía muy fuerte. Nunca supo que pasó con Marco, hasta que un día sonó el teléfono en su casa:

- Elena por favor -

-¿Quién es?-

- Soy la madre de Marco, ¿se acuerda? del verano, el amigo de su hija -

- Sí claro, soy Luisa, la madre de Elena, siento comunicarle que Elena falleció, en feria hubo una gran tormenta. se mojó y la neumonía fue tan fuerte, que no la pudo superar.-

Se escuchaban sollozos al otro lado del hilo telefónico

- Escuche por favor, soy Carmen la madre de Marco, mi hijo cuando se dirigía a Albacete con la moto, sufrió un terrible accidente y falleció en el acto, disculpe que no la avisara antes, pero el shock del momento no me dejaba pensar con claridad.-

- Por eso mi hija repetía sin cesar, Marco está en el pincho, mamá ve por él, está en el pincho...

Ambas madres lloraron sin consuelo, cada una en una ciudad y las dos unidas para siempre, ante la pérdida de sus hijos.

Desde ese día, la pareja de enamorados, disfrutan de nuestra feria, desde el lugar mas privilegiado de la misma, observando a la gente quedar, a la alegría de nuestros vecinos y visitantes, a la felicidad de diez días maravillosos.

Siempre se ha dicho que la Feria de Albacete no duerme, pues Elena y Marco tampoco, junto al Pincho, y a la Virgen de los Llanos, nos protegen estos días y cuidan de todas las parejas, que a sus pies se reencuentran, cuidan del amor.

Feliz Feria de Albacete 2024!!!!!

María José Martínez Rabadán

Dentro de Mí 2023

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