MAMÁ QUE ANTIGUA, EL AMOR NO DURA PARA SIEMPRE.

 Será cierto? Cuando vivimos con nuestros hijos situaciones de cambio de pareja, incluso varia veces, nos vemos obligados a aceptar estas nuevas personas, aprender a querer a los nuevos componentes de nuestra familia y dejar de querer, entre comillas, a las personas que anteriormente compartían la vida con nuestros hijos.

Difícil misión, no estamos preparados para estas situaciones, con el tiempo vas adquiriendo cierta experiencia, pero no nos hacemos a la idea.

La mayoría de nosotros la generación de los años 60, nos emparejamos para toda la vida, verdad es que muchos se han divorciado y tienen nueva familia, pero son los menos.

Nos educaron para solventar los problemas más grandes que se puedan presentar, a sacrificarnos por la familia, a luchar por ella.

Menos en casos extremos de malos tratos, falta de lealtad etc..., la mayoría de parejas éramos heteros, y duraderos.

Nuestros hijos no, si las cosas no funcionan se corta y punto, ellos nos argumentan que el amor no dura para siempre, que es una idea obsoleta y fuera de lugar, y que las parejas pueden ser de tres, heteras, homosexuales, bisexuales, etc..

Nos hablan de poliamor, que a mí todavía me parece algo de otro mundo, mamá se pueden querer a varias personas a la vez, de cualquier sexo y durante el tiempo que dure ese amor.

Si lo analizamos, puede que tengan razón, ¿porqué vamos a tener que aguantarnos durante toda la vida?, si eso es una eternidad.

Pues esta madre antigua sigue creyendo que es posible, la vida está llena de dificultades, de problemas que superar, todas las parejas, sea como sean, pasan crisis, algunas tremendas, pero también se aprende a superarlas, y aquí si que entra el amor, el amor profundo de pareja, de respeto, de fidelidad, de compromiso.

Llegamos a unas edades que claro, no son la fogosidad ni la alegría, ni la ilusión de los primeros años,  los hijos, los años, los kilos, problemas médicos, nos han hecho madurar el amor, madurarlo de una forma más apacible, de sentirlo sin demostraciones tangibles, sin regalos, sin cenas románticas, pero a veces en esos silencios, en esas tardes de lectura, está el amor presente, la compañía, el tener con quién hablar, el pasar de amantes, esposos, compañeros a amigos.

La amistad también es una buena base para el amor, me gustaría pensar que cuando seamos viejecitos, seguiremos juntos, batallando como siempre, esperando una visita o una llamada de nuestros hijos y nietos, pero sobre todo y ante todo enamorados.

Quiero dejar a mis hijos y nietos este ejemplo, que una pareja puede mantenerse unida en el tiempo, que es posible, que se pasan malas rachas, pero también muy buenas.  Que la familia, esté compuesta de personas de diferente condición sexual, o no, es la base de la sociedad, sigo pensando que tenemos que cuidar este concepto, ayuda para las madres padres trabajadores y apoyo para la familia en general.

Por último deciros, queridos lectores, que si de algo me siento orgullosa, es de mi familia.

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