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Mostrando entradas de mayo, 2024

EVEREST

  EVEREST     Eran las cinco de la tarde, cuando recibí esa llamada telefónica, rara, inquietante. No sabía nada, la noticia llegó a mis oídos sin apenas, percibir su gravedad. Hacía años que mi hermana pequeña jugaba con la muerte, su profesión le entusiasmaba tanto como la adrenalina que le producía. Era tan bonita, tan alegre, Marta no tenía miedo a nada, todo lo contrario que a mí. Subía a los árboles con una destreza que muchos de los chicos vecinos hubieran querido, iba en bici con una velocidad increíble, vamos que todo lo que era montar en algo le gustaba. Pero los domingos para salir, mi madre la peinaba con ese lazo azul celeste que caía sobre los rizos de su pelo, era maravilloso verla arreglada, la abuela la contemplaba y decía en voz alta: “Esta niña llegará lejos, tiene ángel”. Y claro que lo tenía, ya de jovencita llevaba detrás a todos los chicos del instituto, reina de todos los bailes. Sus notas eran buenas y consiguió plaza en la universidad, Derecho, la ve

MÍA

  Tras los cristales adivino el día nublado que nos espera. Siento ese escalofrío de primera hora de la mañana, cuando recién levantada y con el calor que me envuelve todavía en brazos de Morfeo, al poner los pies en el suelo, me transporta a mi niñez. Mis hermanos y yo acurrucados entre las sábanas, mantas y colchas que mi madre ponía en nuestras camas, los días fríos de invierno. El suelo helado, donde nuestros pies desnudos saltaban para entrar en calor. El olor a leche caliente con cacao y miel, galletas, mermelada, mantequilla, todo ello, acompañado con la sonrisa llena de amor de mi madre. Mi padre madrugaba más que nosotros para ir a la fábrica, no sin antes pronunciar la misma frase de siempre “Como me toque la lotería va a ir a trabajar Rita la Cantaora”. Pobrecito pasó toda su vida esperando a la famosa lotería, nunca llegó. No nos criamos con demasiados caprichos, formábamos una familia humilde pero sin apuros ni necesidades. Somos cuatro hermanos, tres chicos y yo, la